Danzarina de Harbin, patinadora sobre el hielo
en la noche terrible de frío.
Te deslizabas esbelta como un meteoro en el cielo,
como el desatado viento de una ola en el mar.
Vertiginosa lumbre, compacta espuma en un vuelo,
eras un almendro florido, una joya del Polo.
Te deslizabas con tu vestido azul,
con tu cabeza dorada sobre la pista,
en la noche dorada del Norte de China.
Como un trineo avanzando sobre la estepa te erguías
resvalando en la grave geometría del vuelo.
¿De dónde venías, herrante doncella de Harbin,
al júbilo denso y sutil del baile?
Frenesí de la noche divina, espectral bayadera,
levantando tu cuerpo hacia el cielo,
en la noche de Harbin, en un copo de frío!
lunes, 3 de septiembre de 2007
Danzarina de Harbin
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